Robert St. John, naturópata y conocedor de la reflexología podal, encontró nuevos mapas reflejos, siguiendo un orden concreto y sin realizar presiones, sino caricias. Relacionó las diversas etapas que abarcan desde la preconcepción del embrión al nacimiento del bebé. Primero la llamó Terapia Prenatal y después Masaje Metamórfico o Técnica Metamórfica.
¿En qué consiste?
En la aplicación de un suave masaje que el terapeuta aplica en los Puntos Reflejos de la Columna Vertebral sobre los pies, manos y la cabeza del paciente. También puede aplicárselo uno mismo, aunque siempre es más relajado, cómodo y placentero recibirlo de otra persona; la cual además sirve como catalizador energético.
La Técnica Metamórfica libera los nudos emocionales que hemos experimentado durante los nueve meses de gestación: preconcepción, concepción, gestación y nacimiento; eliminando los bloqueos energéticos que repercuten en los ámbitos mental, emocional, actitudinal y físico.
Una parte importante de lo que somos, nuestra personalidad, forma de ser y sentir tiene que ver con lo que percibimos durante el momento de
la concepción, los meses de gestación y el parto. El bebé dentro del seno materno tiene como única referencia del mundo las sensaciones, emociones y sentimientos de su madre. Estas impresiones condicionarán su actitud ante el mundo tras su nacimiento.
Recuperar la fuerza de la vida, disolviendo dichas cristalizaciones nos va a facilitar mayor fluidez y armonía en todos nuestros procesos vitales, tanto internos como externos.
¿Cuántas veces tenemos un empeño que, por diversos motivos, no logramos, convirtiéndose en un patrón de frustración? Un proyecto, un trabajo, una relación… tienen su inicio, desarrollo y manifestación (concepción-gestación-parto), y se manifiestan según la fluidez y vitalidad experimentada en nuestra etapa intrauterina.
La terapia prenatal nos proporciona el poder diluir con amor esas memorias paralizadoras que traban el impulso natural de vida, restableciendo el proceso amoroso del periodo de metamorfosis prenatal.
El masaje metamórfico trabaja más allá de los síntomas de la enfermedad, trata los orígenes de desarmonías energéticas, sin entrar en dichos
síntomas ni evaluaciones, etiquetas o diagnósticos. Proporciona restablecimiento energético de nuestra energía vital original.
Despejamos el canal del proceso, desanudándolo con amor, con naturalidad. Quien lo recibe se relaja y se siente apacible.
¿Quién puede recibir el Masaje Metamórfico?
Puede usarse en mujeres embarazadas, en enfermos terminales, y en adultos y niños con o sin disfunciones físicas o cerebrales. En casos de depresión, fobias, falta de autoestima, dificultad en las relaciones, bloqueos emocionales…
Es muy recomendable en épocas de confusión, crisis personales, cambios profundos (sanando la metamorfosis prenatal, gestionamos mejor las metamorfosis durante la vida postnatal) y como herramienta de autoconocimiento y crecimiento personal.
En definitiva, todas las personas, sea cual sea su condición, se benefician de dicho masaje.
¿A quién va dirigido?
A todas las personas que desean un desarrollo y crecimiento personal, tanto si son terapeutas o no.
No es necesario tener conocimientos terapéuticos ni formación previa. Es accesible a todo el mundo.
Cuando estás dando Masaje Metamórfico Prenatal también lo estás recibiendo tú.
¡Feliz met-Amor-fosis!